Por: S.
Sheeran
2 de septiembre de 2013
Aquí me estoy
estrenando en esto de los blogs. Espero lo disfruten.
Hace un par de días una
chica, a la que con gusto puedo llamar amiga porque, aunque en la distancia
estamos, y nunca nos hemos visto, nos une la pasión por la lectura romántica
provocativa (por no decir erótica)…¡upssss! lo dije…, comentó en un grupo a
través de Facebook algo así como: “Con
tantos Christian Grey, Gideon Cross y Gabriel Preciados ya las expectativas con
los hombres en la realidad son muy altas.” A ese pensamiento le respondí
algo así como: “Recordemos, que ellos son
parte de una fantasía” (Me perdonas, amiga, por que no recuerdo textualmente
las palabras que utilizamos.)
Ese pensamiento, si
bien lo recibí con aires de jocosidad, me dejó oscilando y mucho más lo que
respondí. ¿Fantasía? A Decir verdad me dejó meditando. Bueno, bueno, escarbando
en mis neuronas.
Una conversación con
unos compañeros de trabajo hace un par de meses, donde casualmente comentábamos
los estilos de crianza en los temas de sexualidad me hizo sentirme privilegiada.
De siete personas, con alto nivel de educación, que compartíamos la mesa
durante el almuerzo, seis dijeron que nunca sus padres habían tenido una
conversación clara, directa, real acerca de la sexualidad y los temas
circundantes. Añado el dato que todos éramos de la generación X (unos más al
borde que otros).
Como mencioné, yo por
el contrario, tuve la dicha de contar con mi madre a quien, criaron a la
antigua (muy a la antigua, demasiado a la antigua) donde el mutismo era la
técnica de educación por excelencia. Ella se aseguró que sus hijos no pasaran
por las mismas experiencias, ¿o debo decir inexperiencias? que ella tuvo que
pasar por la escasez de datos reales en cuanto a estos temas.
Una tarde en respuesta a una pregunta muy explícita (la cual no menciono aquí por no auto incriminarme) de
una hija adolecente y curiosa, muy curiosa, demasiado curiosa, ésta fue su
respuesta; “La clave es la comunicación, mija. Mientras ambos se sientan
cómodos, todo en la intimidad es permitido.” ¡Palabras con luz de una
mujer sabía, mi madre!
No es un secreto que, nosotras,
las mujeres de hoy, vivimos en una evolución constante, imparable. En la
familia, la sociedad, el aspecto profesional, ¿y por qué no en la intimidad?
¿Cómo se sienten los hombres con esta constante evolución? Pues yo tengo mis
ideas pero no quiero pecar de estereotiparlos. ¡Hay de todos! Las
clasificaciones me los guardo. Quizás otro día les comparto cómo una mente del
marketing segmenta a esos seres tan necesarios.
Miremos pues un paralelo,
que mis neuronas fueron tejiendo una tarde en la oficina cuando el equipo de
recursos humanos hacía todo su esfuerzo por hacerle entender a un grupo de
directores la importancia del concepto asertividad en el profesional de hoy
y su impacto en la productividad de las empresas. “Millones de dólares son invertidos en iniciativas alrededor de este
tema”, comentaba una de las conferenciantes. “¡Alguna importancia debe tener esta mierda!” susurró a mi oído un compañero muy peculiar.
Primero, veamos el
significado de asertividad en Wikipedia1:
“Como
estrategia y estilo de comunicación,
la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre
otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad
(o no asertividad). Suele definirse como un comportamiento
comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras
personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe
mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un
comportamiento. Es también una forma de expresión consciente, congruente,
clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y
sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o
perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la
emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.”
¡Oh! Entonces me dije, ¡esta
mierda si que es importante! Teniendo empleados asertivos, eliminamos
supuestos, ambivalencias, malos entendidos. Somos capaces de comunicar objetivos
claros y alineamos las expectativas de todas las partes.
Y sí, lo acepto.
Teniendo en mi sistema aún rastros del frenesí por las novelas provocativas me
dije; ¿Y si aplicamos eso a nuestra intimidad? Tendríamos objetivos claros, expresaríamos
claramente lo que deseamos sin sentir culpa, sintiéndonos confiadas. Reclamaríamos
nuestro derecho a la libertad e igualdad, incluso en la intimidad.
¿Qué hay de malo en
decir un poco más arriba, un poco más abajo? ¡Más rápido! ¡Para! ¡Todavía no! ¿Qué
pecado sería llamar las cosas como son? Sin diminutivos ni rodeos. Como nos
salgan cuando nos den las ganas. ¡Que vamos, se trata de expresar de una manera
consciente, congruente, clara y directa la
realidad que queremos protagonizar!
¡Ah! A eso se refería
mi madre; asertividad.
Y como dicen los
educadores lo que no se practica no se aprende pues para practicar mis
destrezas asertivas, me tomo el atrevimiento, con el respeto de todas mis
amigas a reclamar que; E.L. James con su Christian Grey2 nos ha
hecho entender que vivíamos escondidas bajo Cincuenta Sombras que oscurecían
nuestra libertad e igualdad en la intimidad.
Silvia Day con su Gideon
Cross3 nos ha hecho declarar con la frente en alto que, el Fuego
Cruzado (Cross Fire) ha comenzado y si el hombre de hoy, ese que se dice llamar
moderno, quiere seguir disfrutando de la sexualidad a plenitud tiene que
entender de una vez y por todas que existe una nueva realidad, una nueva etapa
en la evolución femenina; mujer sexualmente asertiva (el término
no me lo he inventado ya existe). Donde nosotras no somos un
personaje secundario. Donde atreverse a decir como me gusta, donde me gusta y
cuanto me gusta son las nuevas reglas del juego. Y para no dejar fuera los
lazos con el mundo de los negocios, hablando en términos estadísticos, la
mujer sexualmente asertiva tiene una mayor probabilidad de llegar a despertar
el Gabriel Preciado4 en cada uno de nuestros hombres.
Ciertamente una
realidad donde la fantasía es la dueña y señora. Y en palabras de mi madre; Una
realidad donde nosotras, las mujeres sexualmente asertivas, nos
sentimos muy cómodas.
¡Que tengan una linda semana y a practicar sus destrezas de comunicación asertiva! ;)
¡Que tengan una linda semana y a practicar sus destrezas de comunicación asertiva! ;)
- http://es.wikipedia.org/wiki/Asertividad
- Personaje protagónico novelas trilogías Best Sellers Cincuenta Sombras “Fifty Shades”, E.L. James.
- Personaje protagónico novelas trilogías Best Seller Fuego Cruzado “Cross Fire”, Sylvia Day.
- Personaje protagónico novela Best Seller Amazon, De Vuelta a tu Amor, Isabel Cristina Acuña.
Inauguraste tu blog con una excelente entrada. Pienso que con la creación de este estilo de novelas y la gran acogida que han tenido, nos permite si lo deseamos mejorar el ambito de las relaciones. Te felicito Sheila, estoy a la expectativa con tu novela. Te deseo muchos éxitos.
ResponderBorrarTotal mente de acuerdo veredicto final.
ResponderBorrarSaludos.